Se puede decir que uno de los mayores problemas que el próximo gobierno deberá abordar es el desastre en nuestro sector de basuras. Parece que únicamente cuando es conveniente el gobierno quiere que, nosotros, los ciudadanos, asumamos la responsabilidad de las acciones de otros. Durante décadas, cada gobierno entrante ha malinterpretado su papel en la solución de nuestro sistema de gestión de basuras y ha administrado mal las entidades públicas que realizan esta actividad, ignorando a los expertos y la experiencia de los empleados de ese sector. De alguna manera, cada gobierno que pasa y sus parlamentos correspondientes han logrado evitar rendir cuentas y tomar responsabilidad por el desastre creado por ellos, claramente visible en el estado actual de Serlimar, Parkietenbos y la planta de procesamiento de aguas negras en Bubali-plas.

Leí con asombro la noticias de la semana pasada en donde Serlimar, una empresa ‘Sui Generis’ estatal, ha decidido amenazar con detener la recolección de residuos a todos y cada uno de los hogares que no lleguen a un acuerdo de pago por los años atrasados de tarifas no cobradas. Es entendible desde el punto de vista de Serlimar que actúen de esta manera, pero es irrazonable que los gobiernos anteriores les hayan permitido llegar a este punto. ¿Qué pasará cuando un vecino que ha estado sin ingresos y que ha sobrevivido con vales de comida durante todo el año pasado no pueda pagar los años acumulados de cuotas de Serlimar? ¿Entonces nuestras calles estarán cubiertas de basura? ¿Se verá obligada esa persona a tirar la basura en el lote vacío más cercano, o tirar su basura clandestinamente a medianoche al mar? ¿Las plagas y el olor comenzarán a infiltrarse en las casas de aquellos que pagaron?

Argumentan que el servicio de recolección de basura es similar a WEB o Elmar, nada más lejos de la verdad. Solo en los casos en que el uso del servicio sea desproporcionado (como es el caso de la recolección de basura comercial), este servicio debe ser visto como tal. Como solución, es posible mantener un sistema básico de recolección y procesamiento de residuos a través de un sistema de impuestos centralizado que fomente la participación de Serlimar junto con empresas privadas, grandes y pequeñas. El sistema, tal como fue diseñado y mantenido por pasados gobiernos, en lugar de fomentar la competitividad y la eficiencia, está fomentando el incumplimiento y la ineficiencia, esto es evidente en las personas que no pagan sus facturas y tener dos y a veces tres o más camiones diferentes pasando por nuestras calles semanalmente. Un verdadero ejemplo de comportamiento insostenible.

El modelo que probaron no funciona, se requiere una nueva estructura con una separación clara de los servicios de recolección de residuos y los servicios de procesamiento. Fomentando y permitiendo la separación de residuos en la fuente. Solo entonces seremos capaces de evitar realmente que un nuevo vertedero como el desastre de Parkietenbos vuelva a levantarse en nuestra isla.

Diego Acevedo
Accion21